los organos de la basilica

La primera noticia referente a órganos y organeros de la Basílica hace referencia a Fray Pablo Rosselló, religioso de la Orden de Predicadores, quien residente en el convento de Santa Catalina, el día 12 de noviembre de 1482 reclama doce libras barcelonesas a cuenta de un "organito" hecho para la

Los órganos de la Basílica

La primera noticia referente a órganos y organeros de la Basílica hace referencia a Fray Pablo Rosselló, religioso de la Orden de Predicadores, quien residente en el convento de Santa Catalina, el día 12 de noviembre de 1482 reclama doce libras barcelonesas a cuenta de un "organito" hecho para la iglesia del convento de la Virgen de la Merced.

Años más tarde, Joan Ferrando (activo entre 1507 y 1519), maestro de órgano y natural de Girona, construye otro en 1510. (Madurell).

Situados ya en el siglo XVII y - según el historiador Louis Ausseil - José Boscá de Seringena (1698-1757), procedente de una familia de la Cerdanya, terminó un órgano en la iglesia de la Merced en 1757.

Bonastre dice que a José Boscá y Llorens (1734-1764), hijo de José Boscá de Seringena se le atribuye la factura de un nuevo órgano en 1759.

En todo caso, se hace difícil admitir la atribución de dos órganos a dos miembros de la misma familia, acabados con dos años de intervalo.

Algunos historiadores dicen que en la misma época se pide la intervención de Jean-Pierre Cavaillé, organero nacido en la región de Gaillac (Francia) en 1743. Este había aprendido el oficio con su tío Joseph con quien trabaja en la región de Languedoc y Rosselló.

 

Jean-Pierre Cavaillé (1743 – 1808)

Jean-Pierre Cavaillé viene a Barcelona hacia el 1755 con el fin de construir los órganos de las iglesias de la Merced y del convento de santa Catalina. (Datos históricos de la casa A.Cavaillé-Coll).

Podría ser que construyera el de la Merced en 1765. Esta hipótesis es difícil de creer, ya que el templo se derriba este mismo año y tampoco se ha encontrado documentación que lo confirme.

Terminados los órganos, se casa en Santa María del Mar en 1767, con María Francisca Coll, hija de un fabricante de sedas.

Vuelve a Francia donde sigue construyendo numerosos órganos en la región de Languedoc-Rosellón, donde nace su hijo Dominique 1771.

Fallecida su esposa Maria Francisca Coll en 1780, Jean-Pierre contrae segundas nupcias con Marguerite Fabry. La familia Cavaillé-Coll va y viene de Francia a España según las circunstancias políticas y sociales de ambos países. En 1778 la familia Cavaillé se instalan a vivir en Cataluña y, en 1789, huyendo de la Revolución en Francia, se establecen en Barcelona donde mantienen muy buenas relaciones con los parientes de la difunta María Francisca Coll.

Subvencionado en 1794 por la Real Junta de Comercio de Barcelona, en 1796 restaura el órgano de Santa María y en 1798, el de la nueva iglesia de la Merced. (Curet, p. 180).

Dominique-Hyacinthe Cavaillé-Coll  (Tolosa de Llenguadoc, 1771- París 1862) 

Dominique, quien aprende rápido el oficio, trabaja con su padre y con su hermano Pedro (Baldelló), y construyen varios órganos en Cataluña y Francia: el de la colegiata de Puigcerdà (1789), el de San Juan de las Abadesas, en Vic (1798), el de Castelló d'Empúries, el de Tortosa. En Barcelona, construyen los de "carácter monumental" en Santa María del Mar (1796- inaugurado en 1797) y el de la Merced hacia el 1800. (Ausseil; Baldelló).

Hacia el 1806 la familia regresa a Francia donde continúan la profesión con notable éxito. En esta fecha Jean-Pierre Cavaillé presupuesta el órgano de la catedral de Lleida. A la muerte de Jean-Pierre en 1808, Dominique prosigue la ejecución hasta finalizar la obra en 1830. También hemos leído que fue Aristides quien -con 18 años- terminó este trabajo. (Datos históricos de la casa A.Cavaillé-Coll. Órgano destruido en la Guerra Civil).

Dominique se casa con Jeanne Autard en 1810 y vive en Montpellier, donde nace en 1811 su hijo Aristide. Continúa trabajando en la región de Toulouse, donde construye el órgano de la colegiata de Saint-Gaudens, el único órgano de este maestro conservado en buen estado y declarado "Monumento histórico". En 1833 la familia Cavaillé-Coll al completo se instala en París donde continúa con éxito la tradición familiar con una empresa de fabricación de órganos.

 

Aristide Cavaillé-Coll  (1811-1899).

Aristide Cavaillé-Coll será uno de los mejores y más prolíficos organeros del siglo XIX ; figura del órgano romántico, influye en la obra de Aquilino Amezúa.

 

Joan Puig (siglo XIX) maestro organero establecido en Barcelona a mediados del siglo diecinueve, que interviene en la construcción de un órgano en Santa María del Mar en el 1854.

En 1875, la Orden de la Merced acordó proceder a la renovación del órgano y lo encargó a Joan Puig, quien renovó la parte fundamental del instrumento aumentándolo con flautados de mayor potencia, colocando los registros de ornamentación, etc. En marzo de 1876 tuvo lugar la prueba oficial y actuaron los organistas Pardàs y Candi. (Cowley, p. 140. Se refiere a los músicos y organistas Primitivo Pardàs Font, 1828-1897, y Cándido Candi y Casanovas, 1844-1911)

 

Aquilino Amezúa y Jáuregui (1847-1912) pertenece a una familia de organeros vascos, que establece un taller en Barcelona entre los años 1882-1884, donde construye varios órganos, el más importante de los cuales es el del Palacio de Bellas Artes de la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Construye el órgano del Palau Güell, los de las iglesias de Santa Ana en 1877, de Belén en 1881, de las Salesas en 1881, el de San Vicente de Sarriá en 1893, el de la iglesia de los Jesuitas de Casp en 1892, el del monasterio de Montserrat en 1896, y el de la Parroquia de la Virgen de la Merced en 1893. Fuera de Barcelona es obra suya el del monasterio de Ripoll 1893.

Aquilino Amezúa, siguiendo el camino iniciado por Aristide Cavaillé-Coll, es el introductor en España del órgano romántico, y es maestro de Gaietà Estadella  Soler y de Pau Xuclà Camprubí, ambos interventores en los órganos de la Merced, a los que transmite la tradición del órgano romántico de origen francés.

 

Pau Xuclà i Camprubí (1868-1953) es hijo de la familia que fundó la casa "Órganos de Pablo Xuclà" en la calle Laforja 26 de Barcelona, en 1860.

Su padre -Mariano Xuclà- se casó con Mónica Camprubí y tuvieron dos hijos: Dolores, que se casó con el organero Estadella, y Pau, que muere en 1953.

Fue discípulo de Amezúa y constructor de numerosos órganos en Barcelona: los de las iglesias de Pompeya, Belén, San José de Gracia, Santa Mónica, San José de la Montaña, San Felipe Neri, colegio Condal (La Salle).

Trabaja también por España y en el extranjero.

Además, reforma órganos importantes, como el construido por Amezúa para el Palacio de Bellas Artes de Barcelona, y los de Morella, Vic y la catedral de Barcelona
Pau Xuclà construye un nuevo órgano para la Merced, dotado con máquina Baker, que se bendice 1915.

 

Los órganos del siglo XX

.. en la Guerra Civil se quemaron dos órganos en la Merced. (Órganos y armonios destruidos durante la Guerra Civil en las parroquias de la Diócesis de Barcelona).

En muchas de las grandes iglesias y catedrales había más de un órgano. Los grandes o monumentales, también llamados órganos mayores, se complementaban con otros más pequeños situados en capillas donde se celebraban actos religiosos propios.

Pensamos que en la Merced sólo había el órgano mayor y que el resto (el de la capilla de la Soledad o el del camarín) eran órganos transportables, alguno de los cuales podía haber sido destruido.

Tras la Guerra Civil los organeros barceloneses de más prestigio eran Pau Xuclà y Gaietà Estadella, que habían trabajado en los talleres de Amezúa y fueron condiscípulos de Lope Alberdi, realizaron un órgano de estilo romántico que quedó incompleto.

 

Gaietà Estadella i Soler (1877-1944) 

Discípulo de Amezúa, se instaló por su cuenta y fundó su propia casa constructora en el nº 58 de la calle Martínez de la Rosa (antes llamada calle de la Estrella, en Gracia). El local y el taller fueron vendidos al organero italiano Francesco Teppati, colaborador de Juan Amezúa, padre de Aquilino.

Los órganos que construyó Estadella son de estilo sinfónico y de buena calidad. Desgraciadamente, la mayor parte de ellos fueron destruidos durante la Guerra Civil.

Se casó con Dolores Xuclà y Camprubí (1882-1952) quien al quedar viuda, quemó y destruyó toda la documentación y papeles relativos a la actividad de su esposo. Por este motivo es difícil documentar la trayectoria y actividad de Estadella. (Cowley)

Cowley divide los órganos de Estadella en dos etapas según el estilo y las características: los anteriores a 1925 -más innovadores y de mayor calidad- y los posteriores hasta su muerte. Este autor define las características de sus órganos: "... las dimensiones de un órgano normal de Estadella eran más bien reducidas, entre 16 registros y 24 registros, con dos teclados manuales y pedal como norma.

Todos los instrumentos de la segunda etapa caen dentro de estos parámetros ... el de Santa María de Mataró queda intacto como testimonio de la escuela romántica de organería catalana".

Parece ser que los órganos de Estadella fueron hechos con buena madera y los ebanistas eran cualificados.

Entre los de la primera época se conservan los del Monasterio de Sant Cugat del Vallès de 1912 (restaurado posteriormente), Sant Andreu de Llavaneres de 1918, y el de Santa María de Tàrrega de 1923.

De la segunda época son el del Carmen de Vic, de 1930, Santa María de Vilafranca del Penedès, de 1942-43, la Merced, hacia el 1944-1947 y otros de menor relevancia.

También repara los de Santa María de Badalona, el del Monasterio de Ripoll, el de San Severo (Barcelona), el de la ex colegiata de Guisona, y el de Nuestra Señora del Collell. Asimismo, reforma el de la catedral de Lleida en 1921.

De la segunda etapa, su mejor obra es el órgano de la iglesia de Santa María de Mataró, de 1927. Este órgano fue "indultado" de la destrucción de 1937 por haberse interpretado "La Internacional "cuando estaba a punto de ser quemado. (Hojas del Museo Archivo de Santa María)

En 1935 reforma el de la catedral de Barcelona, incorporando un órgano pneumático y un dispositivo romántico.

Terminada la Guerra Civil, Estadella entra a trabajar en el Ayuntamiento de Barcelona y es el encargado del mantenimiento del órgano de la Catedral.

Destruido el órgano de la basílica de la Merced en la Guerra Civil, comienza la construcción del nuevo (Cowley no lo afirma) entre 1944 y 1947. Al morir repentinamente, continúa la construcción su cuñado Pablo Xuclà y Camprubí, dejándolo también inacabado a causa de una insuficiencia cardíaca en 1953.

 

Ramón Solsona i Isanda (Els Arcs, Lleida 1881- 1950)

Al llegar a Barcelona, Ramón Solsona se inicia en la organería en la Casa Xuclà como aprendiz hasta 1931. Después de esta fecha trabaja con Cayetano Estadella. Fue una persona muy cualificada en la ejecución de sus trabajos y reconocido por la afinación de los instrumentos. No llegó a establecerse con un taller propio ni a trabajar por su cuenta, pero intervino en los órganos de Xuclà y Estadella, concretamente en los de Belén y la Merced. (Cowley)

 

L’Escolania :  l’orgue i la formació musical

A mediados del siglo XVIII, el Padre Joan Oliva y Torres, barcelonés que había sido monaguillo de la capilla de San Justo, y que era organista y compositor, inició la formación de algunos niños para la creación de un coro en  la Merced imitando al del Monasterio de Montserrat. El coro de monaguillos cantaba cada día en una misa, además de las intervenciones especiales en las fiestas y oficios varios.

Al morir Mossèn Oliva al 1801, la dirección fue retomada por Mn. Esteve Vinyals.

Els primers nens ( uns 25 d’entre set i tretze anys) vivien al convent i es mantenien gràcies a la generositat del ciutadà honrat de Barcelona Josep  Gloria qui, en morir al 1782, va deixar béns per al manteniment de deu o dotze escolans.

L’Escolania era  independent de la capella de música, els escolans cantaven a cor, a veus soles, o amb acompanyament d’harmònium o piano i es limitaven quasi sempre a entonar la Salve i els goigs i  lloances a la Verge Maria.(Curet)

Los primeros niños (unos 25 de entre siete y trece años) vivían en el convento y se mantenían gracias a la generosidad del ciudadano barcelonés Josep Gloria quien, al morir en 1782, dejó bienes para el mantenimiento de diez o doce alumnos.

La Escolanía era independiente de la capilla de música, los alumnos cantaban a coro, a voces solas, o con acompañamiento de armonio o piano y se limitaban casi siempre a entonar la Salve y los gozos y alabanzas a la Virgen María. (Curet )

Los profesores y maestros de la Escolanía han sido músicos de alta cualificación y reconocido prestigio, figuras principales de la historia de la música catalana.

Terminada la Guerra del Francés se tuvo que reorganizar la Escolanía en 1814 y fue Fray Pascual Ferreras Escarràs (1775-1849) el encargado de la dirección, junto con Ignacio Combelles, reconocido profesor de flauta. Los siguieron Esteve Vinyals, y Francisco Andrevi (1786-1853), maestro de capilla de 1850 hasta 1853.
  
El compositor y músico Bernard Calvó Puig Capdevila (1819-1850) sucedió a Andreví como maestro de capilla y director de la Escolanía, hasta que ocupó el cargo Bonaventura Frigola Frigola (1829-1901) de 1881 a 1901.

Es en este periodo (1879) cuando Enrique Granados (1867-1916) ingresa en la Escolanía donde recibe la enseñanza musical de Francisco Javier Jumet.

Joaquim Cassadó y Valls (1867-1926) entró en la Merced, cuando Buenaventura Frigola era maestro de capilla. A la muerte de éste en 1901, Cassadó ocupó el cargo durante los cinco años siguientes.

Se casó con Josefa Moreu Fornells y sus hijos Gaspar y Agustín se iniciaron en la música en la Escolanía de la Merced.

Gaspar Cassadó y Moreu (1897-1966) comenzó a estudiar violonchelo a los cinco años con el maestro Dionisio March, de la misma capilla de la Merced que dirigía su padre, Lluís Millet (1867-1941), músico, compositor y director coral, fue nombrado maestro de capilla de la Merced en 1906, y su relación con la Merced perduró hasta 1939.

Antoni Pérez-Moya (Valencia, 1884 -1964), músico, compositor y maestro de coral, ingresó a los once años (hacia el 1895) en la Escolanía de la Merced, dirigida entonces por Joaquim Cassadó, donde estudió solfeo y piano, órgano y violín con los maestros Bonaventura Frigola y Joaquim Cassadó. En 1902 fue nombrado maestro de la Escolanía y organista de la basílica. En 1941 sucedió a Millet como maestro de capilla.

La Escolanía subsistió hasta el año 1978.

 

El órgano de la basílica :1942-2017

Destruido el órgano de la basílica de la Merced a causa de la Guerra Civil, en 1942 se decide construir uno nuevo gracias al donativo del Dr. Molera, antiguo rector de la basílica. Aunque la consola del órgano de la Merced lleva el nombre de Pau Xuclà, pudiera ser que el proyecto fuese de Estadella y que los trabajos fueron a cargo de Salvador Aragonés y Arcediano, de la casa Francisco Aragonés y Puerta. El organero Estadella murió en 1944 y aun así, parece que el órgano llegó a sonar.

Ampliación, restauraciones y proyectos 1955-2013

En 1955, el nuevo Rector, el Dr. Lorenzo Castells pidió la ampliación y restauración del órgano a la Fábrica de Órganos de Nuestra Señora de Montserrat, situada en Collbató y que fue creada en 1926 por José Rogent y Pedrosa (1967-33) y el maestro organero italiano Silvio Puggina Felisati (m.1940), autor - entre otros- del órgano del colegio de San Miguel de Barcelona.

Terminada la Guerra Civil, en 1940, el organero veneciano Enrico Rabagliati Pampuri dirige la empresa, a la vez que es el carpintero y el mecánico. La fabricación de los tubos corre a cargo de Basilio Giménez. La empresa instala el sistema pneumaticotubular del maestro Puggina, y colabora con varios organeros conocidos, como Pau Xuclà y Salvador Aragonés, entre otros. La reforma que mosén Castells encarga a Joan Rogent y Massó (m. 1967) de la casa Órganos de Nuestra Señora de Montserrat consta de dos etapas, la primera de las cuales se inicia en abril de 1956 y la segunda en 1957, con un coste total de unas 80.000 pesetas, y se termina en diciembre de 1958. Al mismo tiempo que se amplía y restaura el órgano, el escultor Claudi Rius decora el espacio del coro y añade el ángel de pasta que se sitúa en la parte frontal del instrumento.

Poco tiempo después -en 1958- se presupuesta una tercera fase del proyecto con el objetivo de ampliar y poner en funcionamiento la sillita, que había quedado tal como Estadella la había pensado. Este trabajo tenía un presupuesto de 130.000 pesetas, pero no nos consta que se llevara a cabo. En Navidad de 1958 el nuevo órgano suena por primera vez. La empresa de Joan Rogent y Massó sigue afinando y reparando el órgano hasta el 1964, fecha del cambio empresarial con la familia Blancafort.
 
Entre 1967 y 1992 se ocupa de los ajustes y de la afinación del instrumento el mismo Enrico Rabagliati, establecido por su cuenta en la calle de Llagostera, de Barcelona. Entre 1992 y 1996 se estudia un nuevo proyecto de restauración de Francisco Benaque, establecido en la calle de Puigcerdà 261, de Barcelona, ??con un presupuesto de 4.170.000 pesetas, que no está por escrito haberse realizado. En 1998 - por indicación del maestro organista Antoni Pérez Moya, titular de la Basílica - se pide a la empresa Del Olmo Arrizabalaga, de Les Franqueses un nuevo proyecto de restauración del órgano. El anteproyecto incluye un estudio histórico y fotográfico del estado del instrumento. El presupuesto, de 8.753.118 pesetas, se aprobó y se pagó. En 2001, el organista de la basílica Raúl Prieto Ramírez hace un estudio técnico e histórico del instrumento y se encarga una nueva intervención de restauración a E.R.Ottes. Esta intervención, cuyo importe fue de 9.015.711 de pesetas, fue pagada a pesar quedó inacabada.

Un nuevo proyecto de restauración se encarga a Acityores, en 2013, el cual queda sin ejecutar. En 2016, la Hermandad de la Virgen de la Merced encarga al organero Gerhard Grenzing la construcción de un nuevo órgano para la Basílica, con motivo de la conmemoración del 8º centenario de la institución de la orden mercedaria por san Pedro Nolasco en 1208.
 
Estas notas son extraídas de los documentos de archivo de la Basílica, y completan la reseña bibliográfica.
 
Mª Luisa Camarero Roca,
de la Hermandad de la Virgen de la Merced y benévola de la Basílica
Barcelona, julio de 2017

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